31/1/10


-Te gusta colocarte los vaqueros grises y la nadadora blanca nieve, para que, así, se trasparente tu sujetador negro y amarillo de la aveja Maya
-¿Cómo...?
-¿Cómo lo sé? Me lo comentaron los granitos de arena de playa que están en los bolsillos traseros de tu pantalón. Siempre que me acerco y te beso meto mis manos ahí detrás, pero tú nunca te das cuenta. No te comento esto para que te piques...en verdad es una escusa para que me cuentes más de tí. Pequeña

24/1/10

When i'm whit her

¿Porqué será? ¿Porqué será lo que me ocurre cuando estoy cerca de ella? Si estoy cerca de ella:
los sentidos se me agudizan, pero me hago más torpe. Mis ojos pueden ver mejor, captan cada detalle y cada movimiento, los colores se hacen más intensos y puedo observar cada poro de su piel como si con telescopio se tratase. Mi nariz capta mejor los olores exquisitos, capta el aroma mentolado y dulce, capta el aroma melocotón que se distingue en el ambiente, y capta mejor el aroma a detergente caro. Mi oído es más sensible, más sensible a las bonitas voces, al sonido de la guitarra, a cada muelle de mi destrozada cama. Mi tacto, y cada poro de mi piel, siente el frío que
quema, el fuego que hiere.
Qué ¿Porqué soy más torpe?
Mis ojos pueden ver mejor, captan cada detalle de su rostro, sus pestañas, el brillo de sus ojos... capto cada movimiento que realiza, cómo se levanta, cómo baila... los colores se hacen más intensos pues sus ojos cambian de un simple azul de un cielo nublado a un azul turquesa irresistible. Y también puedo ver cada poro de su piel, pues siempre tengo mis ojos clavados en su piel, su blanca y fina piel. Mi nariz capta el aroma mentolado de su aliento(cuando me besa) y el aroma dulce de su perfume(cuando me abraza), siente mejor el olor a melocotón de su pelo cuando mi cabeza se hunde en este y, también, siente el aroma del detergente caro cuando deja su ropa en casa...inundando toda mi habitación de ella. Mi oído le escucha mejor...escucha mejor su preciosa voz cuando canta, acompañando a esta con su guitarra, aunque también puedo escuchar claramente cuando se levanta de mi cama para irse lejos de mí. Y, por último, puedo sentir el frío que me quema. El frío de su piel. Y, por el contrario, el fuego que hiere...cuando me besa
¿Todavía no lo ves? ¡Esta muy claro! Cuando estoy con ella todo alrededor se esfuma y...me pego cada golpe...



Bueno, esto en poco tiempo a cambiado mucho y os diré porqué...Como todo el mundo me aburro en clase, lo que me da que pensar y ampliar la mente...y pienso en colores, figuras y cosas para el blog. Pero bueno, se va a quedar así durante un laaargo tiempo :)

18/1/10

Ella come caviar y yo ratas


-¡Corre!
Un par de converses negras y unas botas altas (hasta la rodillas) golpeaban el suelo una y otra vez. El corto, y oscuro, cabello de ella permanecía pegado a su cabeza y a su cara sin ningún movimiento, intacto. Mientras que la melena rojiza y lisa de su acompañante, era ondeada por el viento del callejón. Los pies se movían tan rápido, por ir cuesta abajo, que casi no los veía, aunque tuviera la vista fijada al frente de vez en cuando no podía remediar bajarla hasta sus pies. Ella iba más adelantada, siempre fue más rápida que Rosario. Lo llevaba en la sangre. Mientras Rosario estudiaba (cosa que dejó de hacer cuando la conoció), ella corría para ganarse algo de comer, con solo trece años ya era toda una atleta.
Torcieron a la izquierda y entraron en otro callejón, más estrecho que el anterior. Y, cuando comprobaron que nadie las seguía y estaban lo bastante cansadas como para tirarse al suelo a dormir, pararon y se sentaron apolladas a la pared.
-Lo siento por lo de las medias...
-No te preocupes. Tengo millones como estas- susurró mientras se metía los dedos entre la carrera que llegaba desde su muslo a la rodilla- Pero...no deberías haber hecho eso Daniela
-¡Estoy harta de los policias Rosario!
-Venga ya Daniela, no me vengas con tus mierdas porque esta vez no te hicieron nada de nada. Y vas coges un hierro del suelo y le rompes las ventanas del coche...suerte que estaban comprando que si no.
-Mira ¿A que es bonita?
-¡DANIELA! No me jodas...
-¿Sabes? Mañana es el cumple de mi hermanita...cumple seis añitos, ni más, ni menos. Yo...nunca le puedo comprar nada bonito y vi esto dentro del coche. Es precioso, con un brillante en el medio...si supieras como le gustan las cosas que brillan...
-Estás loca...

Aquella tarde rieron lo que nadie en el mundo se puede reír. Fumaron tres cigarros cada una, como si de ello dependiera la vida. Cantaron hasta que se hicieron el gaznate polvo. Y, cuando la lluvia azotó sus cabelleras juntas regresaron a casa. Rosario a su casa de dos plantas y ella a su mugriento piso. Pero...ya se sabe, los polos opuestos se atraen

Y Rosario y Daniela eran las mejores amigas

9/1/10

Enferma sin quererlo


Puede notar como una sustancia líquida invaden sus ojos. Cada vez el nudo en la garganta es más grande y, cada vez, duele más de lo que ella quiere. Ya ve borroso a causa de las lágrimas que inundan sus ojos, con ellas podría acabar con la sequía mundial. Eso, no eran lágrimas de cocodrilo, no, eran el tipo de lágrimas que se sienten muy en el interior y que por más que no quieras...están ahí. Unas ansias tremendas recorrieron desde su estómago hasta su garganta. Pero...ella no quería vomitar. No ahora

Sentía tal pena y rabia, que no se percató de que la uñas de sus dedos habían traspasado el papel y estas se clavaban en su misma piel. Aunque, cuando se dio cuenta no le importó. 'total moriré'

Y así era. Aquel papel no era una carta, no. Tampoco era una felicitación, ni mucho menos. Ni una invitación a ninguna boda, ya le encantaría que fuera eso. No, aquello era un informe médico. ‘Así...que ¿Solo dos meses? Pensó en su foro interno. Solo dos meses para terminar de vivir. ¿Solo dos meses para que se le parara el corazón y la sepultaran bajo tierra? 'Menuda mierda'. Y es que estaba de mierda hasta el cuello.

Tamarina había notado unas molestias muy dolorosas en su pecho. Tosía y tosía. Y aunque tomara medicinas o anti-catarros, esa tos no desaparecía. Así que, como una decisión drástica decidió ir al médico. En aquel mísero día, empezó su tortura: pruebas, más pruebas, llamadas de teléfono...

‘¿Porqué a mí? ¿Porqué todo a mí? Mi pecho cada vez me duele más y llegará un momento en que tenga que hospitalizarme, igual que llegará el momento en que tenga que morir...Bueno y si tengo que morir ¿Por qué no morir en paz? Eso es lo que todo el mundo dice ¿no? Aprovecharé cada minuto, cada segundo de mi vida será una aventura...Sí, eso es. Tamarina no se va a rendir por un puto cáncer pulmonar







7/1/10

Niña mimada

Iba con la camisa (la de él) pero sin pantalones y con los pies fríos. Ella siempre tenía los pies fríos, fríos de caminar descalza por la loza del suelo. Caminaba por el suelo frío del pasillo directa hacía el balcón donde se encontraba Jaime. Siempre hacía lo mismo, siempre el mismo actuar. Mientras ella dormía el dormiría lo mínimo (diez, quince minutos) y después se levantaría del colchón destrozado, sin hacer ruido, y se iría al balcón, para ver la gente pasar de un lado a otro (aunque últimamente no pasara nadie, hacía un frío que pela). Y justo cuando los ojos de ella se acostumbraron a la luz de las farolas de la calle, lo vio allí. Jaime. Sin decir ni una palabra se acercó y se colocó del mismo modo en el que el estaba: brazos cruzados contra la barandilla y culo en pompa. Cada uno conocía demasiado bien al otro para solo conocerse hacía un mes.
‘Ahora me pedirá un cigarro’ – pensó Jaime
‘Ahora me preguntará donde está su Zippo’- pensó ella
-Dame un cigarro, tú
-¿Dónde está mi Zippo?
-¿Me das un cigarro por favor?- Él la miró con cara de pocos amigos pero no la aguantó mucho tiempo, una sonrisa se dibujó en su cara al ver sus pelos pelirrojos despeinados. Le tendió la mano y ella cogió el cigarro. Jaime veía el mismo actuar día tras día, pero no se cansaba de él. Ella cogía el cigarro y lo prendía con un Zippo dorado que sacaba del bolsillo de su camisa. Después se llevaba el cigarro a la boca para aspirar de este. Jaime podía casi notar como disfrutaba de un simple cigarro, como si necesitara la nicotina en cada poro de su piel o como si fuera aire para respirar. Poco a poco el cigarro se fue consumiendo y llegó la última calada. Aspiró fuerte y con elegancia soltó el humo que había en sus pulmones para después arroja lo que quedaba del cigarro por la ventana.
-Bueno...Me voy- dijo cortante y, simplemente, le dedicó una sonrisa
Observó como esta salía del portal abrigada (solo) con una chupa de cuero, que además le quedaba demasiado grande. ‘Menuda niña mimada’ Pensó. Y eso es lo que era, una niña de papá. Todavía no había averiguado por que le atraía tanto. ‘Ah, se me olvidaba. Me pierden las chicas con pecas y labios rojos’
Y es que Rosario le traía de cabeza




a el...y a todos