30/8/10

sin remitente

Querida Nube

Anoche, mientras miraba detenidamente una estrella, me pareció escuchar aquella canción de los Beatles. La cantábamos cada noche sin falta, las dos. Es preciosa. Sigue estando en mi libreta roja llena de listas ¿te acuerdas? como te reías de mí por aquella dichosa libreta.
Derrepente me he acordado de y he pensado en escribirte una carta, para que te acuerdes de mí, como yo me acuerdo de . Perdona la pésima ortografía, pero son las ocho y media de la mañana y a las nueve tengo que estar en la puerta del supermercado. ¿Qué quieres que te diga? Sigo tomando tostadas con mermelada de mandarina y un poquito de azúcar...y me acabo de dar cuenta de que en la alacena no hay ni pizca. Aunque, según tú, no me quieras ni ver, ni oír, ni tocar, ni si quiera leer, yo se que me echas de menos igual que yo a . Todavía no me he olvidado de las tardes en el parque de las palomas. Ni de las noches en vela debajo de la sábana contando historias de miedo. Sé que tú también quisieras tener otra vez esos días de alegría y de tonerias.
Ahora vivo en un pequeño pueblo de Italia, un lugar bonito y acogedor. La gente pasea por la calle hasta las diez de la noche y la pizza está muy muy buena. Aunque lo que más feliz me hace de toda Italia, de toda España y de todo el mundo está metido en este sobre. Sí, la foto en la que te muestro un pequeño de cuatro añitos. Se llama Andrea, es grande para su edad y muy listo. Le cuento mucho sobre y está deseando viajar a España para conocerte. Justo ayer estuvo en natación ,ya sabes, aprendiendo a nadar como un perrito. A lo mejor a simple vista parezco todavía muy niña para cuidar de un crío, pero por ahora lo llevo bastante bien.
No intentes enviar otra vez la cara de vuelta. No puse el remitente. Pensé que era mejor después de haber recivido más de cinco cartas que mandé y que han vuelto.


Y aunque tu no lo hagas, yo te echo de menos
Mercedes.



Nube rompió la carta en miles de pedacitos pequeños y los depositó, con desgana, encima de la mesa. Había leído esa carta un millón de veces y un millón de veces había roto algo de aquella casa. Como odiaba a su mejor amiga. Perdón ¿Había dicho mejor amiga?
Y en sus ojos comenzó a llover.

14/8/10

John (20/12/2007).

Nausica (17 años)

me miré al espejo. tenía los labios mal pintados y el rimel corrido hacía abajo, los pantalones rotos y la camisa mal colocada. la camisa estaba llena de manchas rojas, a causa de los mordiscos que te metía. los pelos dorados caían hacía atrás en una cascada enredada y las manos llena de rasguños escocían.
eché un vistazo a la habitación que tenía detrás de mí, pero sin salirme del baño. la ventana estaba abierta de par en par y las cortinas entraban y salían movidas por el aire. en el suelo estaban mis gafas de vista y tus Ray-ban. las sábanas reposaban encima de la cama hechas un montón y la almohada encima de la televisión (la cual estaba encendida por el canal de dibujitos).
anduve lentamente hacía el sillón y me senté, cogí en mando y subí el sonido del televisor. entonces lo vi, una mano. la cama no me dejaba ver más, pues yo no veía a través de las cosas. a sí que supuse que estaba allí tirado. y recordé.
y después miré mis uñas de los pies pintadas de un naranja brillante.

8/8/10

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¿alguna vez has sentido como corta el aire?
incluso el aire es peligroso si te rodea a tí.
(vuelvo a escribir aquí y escribiré menos
en el otro blog (: espero veros por aquí)