14/3/10

Ojos que no ven, corazón que no siente

¡Crack! Un crujido, limpió y doloroso. Dolía en el alma. Dolía cada palabra pronunciada. Dolía cada partícula de Co2 que salía de su boca. Dentro, muy dentro. Pero las lágrimas no salían. No, ya estaba...¿Cómo decirlo? seca. Habían caído una a una en otras ocasiones. Un sonido bonito inundó la habitación. Pero parecía que solo lo oía yo, pues seguía plantado delante de mí con su cara de ira.
Avergonzada bajé la cabeza. No, no la iba a bajar ¿Porqué bajarla? ¿Por luchar por lo que quiero? Miré a mi alrededor, en la estación de autobuses había poca gente.
Una señora miraba dos pasajes, mientras le acariciaba el cabello a la niña pequeña que dormía a su lado. Al lado de ella, en otro banco. Dos ancianos se miraban y sonreían mientras se cogían de las manos. ¿Ninguno se daba cuenta? ¡Me ahogaba! me ahogaba y pedía auxilio. No podía respirar, se acaba el aire de mis pulmones; los glóbulos rojos de mi cuerpo ya no llevaban oxígeno a las distintas partes de mi cuerpo.
Por favor necesito ayuda- gritaba sin ninguna saticfacción. Todos felices. No miraban a su alrededor, no miraban a los demás. No escucharon un crack que terminó con mi vida
No escucharon el crack que hizo mi corazón

1 comentario:

  1. Espero que vuelvas a reconstruirlo, poco a poco todo se logra.. o al menos lo intentas.

    Osos de colores(L)

    ResponderEliminar